Arthur Rimbaud, el más grande poeta maldito

DEMIAN ERNESTO   21/10/2017

Arthur Rimbaud, el más grande poeta maldito

Arthur Rimbaud, el más grande poeta maldito

DEMIAN ERNESTO

Fue el más grande poeta maldito y el más joven, el más niño. El último renovador de la poesía, el último en aportar algo según otro grande, Ezra Pound. Y vivió la mayor parte de sus días sin escribir, aunque parezca inverosímil. Como le gustaba denominarse, era un "maestro de su silencio". Y aunque fue de carácter solitario, no escapó del escándalo por su irreverencia y provocación. Su procaz existencia transcurrió sin embargo, en la búsqueda de la revolución interna y con una sola consigna, que mantuvo de manera indiscutible: La poesía debe cambiar la vida.

Rimbaud nació el 20 de octubre de 1854, en Charleville-Mézières, Francia en una época singularmente turbulenta. El siglo se caracterizó por las guerras y la miseria, Europa entera se preparaba para el cambio de siglo y entrar de lleno en la modernidad. Y él fue el punto clave para entender la poesía moderna, tenía un lema: "Hay que ser absolutamente modernos". Nadie actuó como él, aunque tuvo influencias definitivas que le permitieron despegar y alejarse del arte poético previo, todavía instalado en el romanticismo. "Es necesario renovarlo todo, también el amor", solía decir.

Rimbaud detestaba a la gran mayoría de los poetas de su tiempo. Era un tipo insoportable, incluso para él mismo. Vivió múltiples aventuras al respecto. Increpó a los solemnes poetas en sus recitales, los retaba y no sin argumentos. Sus poesías hablaban por él y dejaron un eco sin igual que le hizo ser envidiado y como ha pasado con múltiples genios, olvidado. No todos vieron en él a una persona incómoda, pues poetas como Théodore de Banville (quien lideró al movimiento conocido como "El parnasianismo), reconocieron su talento natural y excepcionalmente joven. 

Alabó a Charles Baudelaire, a quien llamaba "El dios de los poetas". En su búsqueda, nunca interrumpida, de marcar cambios definitivos la poesía conoció al poeta Paul Verlaine, con quien sostuvo una relación personal y poética que se volvió un mito. Tuvieron un tórrido romance que fue tan tierno como violento, y que mandó a Verlaine a la cárcel, acusado de corromper al menor. Lo cierto es, que ambos fueron a su manera, grandes poetas franceses que el mundo conoció más muertos que en vida.

La muerte de Rimbaud es extraña, como la de todos los grandes. Cáncer óseo provocado por una herida en la rodilla. Se encontraba en África cuando su enfermedad empeoró, pero logró regresar a Francia para morir, aparentemente arrepentido de sus pecados, donde murió el 10 de noviembre de 1891 en Marsella. "Ahora me rebelo de la muerte", sostuvo en su lecho de muerte según Albert Camus. Una muerte por demás contradictoria, considerando que en sus primeros años, escribía poemas como "Corazón bajo la sotana", que cuestionaban a la iglesia católico-cristiana y sus valores; e incluso, salía a la calle con carteles que decían: "Muerte a Dios". Devenir ateo converso fue el destino final del poeta.

Solamente tiene dos libros, además de sus escritos juveniles y sus cartas (entre estas la famosa Carta del Vidente): Una temporada en el Infierno (escrito a partir de ser internado) y Las iluminaciones. Le fueron suficientes para ser considerado parte fundamental de la consagración de la modernidad poética. Rubén Darío, uno de los primeros grandes poetas que le dieron su justo peso, nunca dejó de alabar su obra. Fue piedra angular del Movimento Surrealista en Europa. En Norteamérica influyó en Henry Miller, quien asimismo dio vitalidad al Movimiento Beatnik Y explosiones artísticas como el Infrarrealismo en Latinoamérica también le deben mucho a su pluma. Hoy su influencia ya es mundial, sin lugar a dudas.

"Todos los poetas somos hijos de él, después de él; y ninguno podrá comprenderlo del todo", sentenciaba André Breton, uno de sus principales seguidores. Hoy más que un poeta de culto, es una obligación para los amantes del género de la poesía. Escribió sus primeras genialidades antes de los 15 años, dejó de escribir poco después de los 21, ¿quién puede dudar que exista un poeta maldito más grande? No dejó de ser señalado así, no dejará de ser referido así en la historia.

Y con maldito quiero decir, como comenta bien Manuel Altolaguirre, que su destino era el de escribir poemas. 

Si se quiere saber más de su vida y obra, hay una magnífica película protagonizada por Leonardo Di Caprio llamada "Eclipse Total" y su obra completa en edición bilingüe ha sido editada recientente por Atalanta.

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