El dolor volvió a cimbrar al colegio Enrique Rébsamen

Lilian Hernández   19/09/2018

Se llevó a cabo una misa privada en memoria de los pequeños y adultos que perdieron la vida en el desplome del colegio. Foto: Daniel Betanzos

Se llevó a cabo una misa privada en memoria de los pequeños y adultos que perdieron la vida en el desplome del colegio. Foto: Daniel Betanzos

Lilian Hernández

El dolor volvió a cimbrar al colegio Enrique Rébsamen.

Pero en esta ocasión la sacudida no brotó del subsuelo, surgió de las lágrimas, el enojo y la tristeza que aún sufren familiares de los 19 niños y 7 adultos que murieron entre los escombros.

A un año del sismo del 19 de septiembre de 2017, el duelo de los presentes revivió en las inmediaciones de esta escuela privada, causando el colapso de quienes fueron testigos de su pesar.

Nosotros buscamos justicia. Desafortunadamente los niños aquí murieron, murieron no por el sismo, murieron por las omisiones, por la negligencia, quizá por la corrupción de varios funcionarios públicos. En este caso se le permitió a Mónica García Villegas, que sigue prófuga, operar un colegio sin un programa de protección civil y demás irregularidades”, dijo Alejandro Jurado, papá de Paola, una de las pequeñas que murió el año pasado.

Después de llevar a cabo una misa privada en memoria de los pequeños y adultos que perdieron la vida en el desplome del colegio, los deudos, niños que fueron alumnos de esta escuela, vecinos, familiares y amigos no sólo rezaron por su eterno descanso, también clamaron castigo a los culpables.

Tanto la autoridad local como el gobierno de la ciudad de México, y también la SEP, les fallaron a los niños. Este colegio tenía demasiadas anomalías y no se vale porque una escuela tiene que ser una segunda casa de un niño y no su tumba”, volvió a expresar Jurado.

A las 13:14 los presentes mostraron el puño en alto permaneciendo así por más de un minuto, pero el retumbar de la alerta sísmica rompió el silencio dando paso a los abrazos y al llanto.

Ese día fue el más difícil para mí porque trataba de encontrarla. Fue hasta el siguiente día que me la entregaron a las 5 de la mañana. La sacaron de los escombros. No se vale. Yo no le deseo esto a un padre, mi hija murió por la impunidad, por la negligencia”.

Además de los papás, niñas que fueron alumnas de secundaria de este plantel confesaron que el sismo del año pasado marcó un antes y un después en sus vidas.

Yo estudiaba desde kínder aquí y es muy difícil superar esto. Yo creo que cambié mucho de personalidad por el cambio de escuela, de maestros, de compañeros. Soy más insegura”, dijo Jimena, una ex alumna del colegio.

Mariana, otra exalumna de secundaria, también expresó su dolor.

Hoy hace un año pasó todo y venir a la misa es para recodar a los compañeros que fallecieron. Ver a la escuela así destrozada, sin muchas partes que estaban antes, es muy feo porque se recuerda todo”

Fue así como a un año de la tragedia por el desplome de este colegio se volvió a respirar el dolor y a sentir las réplicas de la impunidad.

 

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