Lanza Episcopado protocolo de seguridad eclesial

Erika de la Luz   19/06/2018

Erika de la Luz

Para ayudar a víctimas de la violencia que se vive en el país, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) trabaja apoyando a quienes han sido afectados por la violencia, de igual forma lanzó el manual “Protocolos Básicos de Seguridad Eclesial: personal y de recintos religiosos".

La iglesia trabaja en el acompañamiento a la sociedad civil víctima de violencia, destacó en conferencia de prensa Rogelio Narváez Martínez, secretario ejecutivo de CEM. 

Nuestra labor eclesial ha sido la de alentar a la creación de paz en nuestra patria por lo que se han generado procesos locales de transformación social con enfoque de construcción de paz en Acapulco, Apatzingán, Chihuahua, Tuxtla Gutiérrez, Tehuantepec, y Zamora, se ha ofrecido acompañamiento a víctimas de la violencia para escucharlos y también se les ofrece ayuda jurídica”.

Por lo que han generado plataformas eclesiales y sociales, haciendo redes y sumándose a las articulaciones en la sociedad para crear condiciones de paz, y contribuir con el discernimiento permanente de la realidad para incidir “de manera significativa en los tomadores de decisiones en orden de generar condiciones favorables a un desarrollo equitativo, justo y sustentable necesarios para La Paz”.

Ante los 25 asesinatos de sacerdotes, las extorsiones, asaltos y secuestros que ha vivido la comunidad religiosa, en el contexto de violencia que vive el país, la CEM presentó su protocolo de seguridad.

Alfonso Gerardo Miranda Guardiola, obispo auxiliar de Monterrey y secretario general del Episcopado pidió a todos los integrantes del CEM estar preparados para afrontar los riesgos de la inseguridad y agregó que los protocolos se realizaron con la experiencia de muchos sacerdotes involucrados en el tema de la seguridad, justicia, paz y reconciliación.

Su preocupación surgió en un previo análisis de la realidad, en donde detectaron que ante todos los riesgos que enfrenta la comunidad eclesial, el primer aspecto a resolver es, evitar a todas luces la negación, esto es, poner en duda el hecho de que hay una latente posibilidad de ser víctimas de una situación de peligro”, señaló

El manual está dividido en dos capítulos:

  • Seguridad Personal
  • Seguridad de Recintos Religiosos

Además, el documento va dirigido a obispos, sacerdotes, religiosos, agentes de pastoral, directores de institutos, de colegios, de conventos, parroquias, capillas, oficinas diocesanas, seminarios y comunidad eclesial.

Como primer paso el protocolo recomienda la creación de un equipo de seguridad que incluya contacto directo con la policía, ambulancias, ministerio público, equipo jurídico y la creación de brigadas y grupos internos de ayuda ya que los primeros minutos después de un hecho delictivo son fundamentales.

Cuando haya un evento público, los religiosos deberán antes evaluar y dar aviso a las autoridades para prevenir y resguardar a la comunidad.

A los sacerdotes y religiosos se les recomienda evitar la rutina, no establecer horarios fijos, mantener en secreto toda la información que se genere, ser discretos, evitarla psicosis y pánico, procurar tener buena condición física y conocer lo básico en equipos de protección.

En el apartado de seguridad de recintos religiosos, la CEM recomienda a los sacerdotes controlar el acceso de sus parroquias, tener un inventario de los bienes, resguardar joyas litúrgicas en desuso, contratación de un seguro e instalación de alarmas y quito de video vigilancia.

También, que se coloquen alertas en las parroquias, que se contraten seguros de daños a terceros. En caso de secuestro, proporcionar datos de la persona que pueda negociar.

El manual fue lanzado luego de que a finales de abril y menos de una semana dos sacerdotes fueron asesinados. Miguel Contreras García, de 32 años fue asesinado en Tlajomulco, Jalisco; Rubén Alcántara Díaz, asesinado mientras oficiaba misa en Cuautitlán Izcalli y Luciano Flores fue encontrado sin vida tras ser reportado como desaparecido en Puebla, las autoridades señalaron que el párroco había sido atropellado.

Hasta el momento el protocolo de seguridad se realiza en las arquidiócesis de Acapulco, la Ciudad de México, Matamoros y Monterrey.

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