Malnutrición en el país: México social

Pedro Ferriz de Con   03/09/2013

Mario Luis Fuentes | Colaborador

Licenciado en Economía por el ITAM, y Maestro en Desarrollo Regional por el Instituto de Estudios Sociales de la Universidad de la Haya Holanda. Realizó...

Los recientes datos de la medición multidimensional de la pobreza, dados a conocer el pasado 29 de julio por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política Social (Coneval), muestran que tenemos dos décadas perdidas en lo que al combate a la pobreza se refiere.

Lo anterior se sostiene sobre todo si se considera que, medida por ingresos, la proporción de población nacional que se encuentra en condiciones de pobreza alimentaria no ha cambiado significativamente respecto del indicador que se registró en el año de 1992.

En efecto, mientras que en aquél año la medición oficial arrojó un indicador de 21.4 por ciento de la población nacional con ingresos por debajo de lo necesario para adquirir una canasta básica alimentaria, en el año 2012, 20 años después, la proporción es de 19.7 por ciento, la cual constituye la peor cifra registrada desde el año 2000, en el cual el indicador era equivalente a 24.1 por ciento.

En números absolutos, lo anterior significa que en la República Mexicana habrá una suma de aproximadamente 23.1 millones de personas que viven en pobreza alimentaria, es decir, la más aguda de las tres dimensiones consideradas en la medición de pobreza por ingresos: 1) pobreza patrimonial; 2) pobreza de capacidades y 3)  pobreza alimentaria.

En su mensaje a la nación, con motivo del Primer Informe de Gobierno, el presidente de la República, Enrique Peña Nieto, mencionó que una de las prioridades de su administración consiste en reducir el hambre de manera significativa durante los próximos años.

Con base en esa consideración, se presentan los principales datos relativos a las condiciones de inseguridad alimentaria que privan en el país, con el propósito de dimensionar la magnitud del reto que se tiene.

La carencia por acceso a la alimentación

Uno de los principales aportes que hace la medición multidimensional de la pobreza consiste en medir también las condiciones de vulnerabilidad por carencia de acceso a la alimentación; esto quiere decir que si bien hay personas que no son pobres, sí son vulnerables porque están privadas de una adecuada garantía del acceso oportuno a alimentos sanos e inocuos.

Desde esta óptica, el Coneval estima que 23.3 por ciento de la población nacional vive en condiciones de vulnerabilidad por carencia de acceso a la alimentación.

Lo anterior significa que en el 2012 estaban en la mencionada condición, un total de 24.7 millones de personas, cifra que implica una reducción de apenas 500 mil personas por año, desde 2010, en esa circunstancia, lo cual muestra lo lento del avance en el abatimiento de las carencias que hay en el país.

A pesar del promedio, debe decirse que no todos los grupos poblacionales reciben en igual magnitud el impacto de esta carencia; para las niñas, niños y adolescentes, el porcentaje es mayor que el del resto de la población mayor de 18 años; en efecto, según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política Social, en el año 2012 28.2 por ciento de quienes tenían menos de 18 años, eran vulnerables por carecer del acceso a una adecuada alimentación.

Entre la población hablante de lenguas indígenas la situación es más dramática, pues entre ellos el porcentaje de quienes son vulnerables por la carencia mencionada asciende al 35.5 por ciento del total; en una condición similar están quienes viven con algún tipo de discapacidad, pues 31.2 por ciento de ellos padecen la misma circunstancia.

Los estados en los que se registran los peores indicadores en esta materia son: Guerrero, con un 39.4 por ciento de su población en condiciones de vulnerabilidad por carencia de acceso a la alimentación; Tabasco, con 33.4 por ciento; Michoacán, con 32.2 por ciento; Oaxaca con 31.7 por ciento; Morelos con 30.7 por ciento; Puebla con el 30.1 por ciento; Nayarit con el 28.8 por ciento; Guanajuato con 28.5 por ciento; Tlaxcala con 28.4 por ciento y Veracruz con 28.2 por ciento.

Enfermar por desnutrición

De acuerdo con el Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica, de la Secretaría de Salud federal (Ssa), en México enfermaron, en el año 2011, al menos 120 mil personas por desnutrición leve, la mayoría de ellas en el rango de 0 a 4 años de edad, pues en total, este grupo de población concentró 80 mil 392 casos, es decir, 66.9 por ciento del total.

Lo anterior quiere decir que dos de cada tres personas que en México son diagnosticadas con desnutrición leve, son niñas y niños en el rango de edad señalado; a ellas deben agregarse 17 mil 980 niñas y niños más entre los cinco y los nueve años de edad.

Sumando a ambos grupos el total es equivalente a 81.2 por ciento del total de quienes fueron diagnosticados en el año 2011 por el padecimiento señalado; esto es, 81 de cada 100 personas que enfermaron por desnutrición leve fueron niñas y niños menores de nueve años.

En síntesis, debe destacarse que la cifra total de personas que en 2011 enfermaron por desnutrición leve, equivale a un promedio de 13 casos detectados por hora.

Por su parte, la desnutrición severa provocó la enfermedad de 17 mil 926 personas durante 2011.

Ese dato implica un promedio diario de 50 casos, de los cuales, también la mayoría afecta a niñas y niños menores de 10 años.

Finalmente se encuentran los casos de enfermedad por desnutrición severa, de los cuales se contabilizaron cinco mil 418 casos en el año 2011; esto es, un promedio de casi 15 casos diarios, de los cuales, la mayoría se ubica entre las niñas, niños y adolescentes menores de diez años, y en una proporción importante, entre las personas mayores de 70 años de edad.

Las muertes asociadas

En nuestro país enfrentamos un reto doble: por un lado, las y los expertos señalan que 25 por ciento de las muertes totales del país se explican por la diabetes y la hipertensión, provocadas ambas en más de 95 por ciento de los casos por la obesidad y el sobrepeso.

En el sentido opuesto, están las inaceptables muertes por desnutrición, las cuales suman un total de 84 mil 667 casos entre los diez años que van de 2002 a 2011. En promedio, en México se contabilizan cada año casi ocho mil 500 decesos por esta

causa.

Ocho mil 675 de esos casos, corresponden a niñas, y niños menores de diez años, es decir, 10.2 por ciento de tales fallecimientos se registraron entre la población en mayores condiciones de vulnerabilidad.

El otro grupo altamente vulnerable a enfermar y morir a causa de la desnutrición, es el de las personas mayores de 70 años, entre quienes se concentra el más alto número de casos.

En efecto, en el periodo señalado de 2002 a 2011, fallecieron a causa de la desnutrición 60 mil 22 personas, es decir, un promedio de seis mil casos anuales, o bien, un promedio de 16 casos al día.

La obesidad; en ruta del colapso

La contracara de la malnutrición se encuentra en la obesidad y el sobrepeso; fenómenos que afectan, según los datos de la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (Ensanut), a más de 22 millones de personas; como resultado, hay más de seis millones de personas que padecen ya diabetes mellitus, cuya principal causa es precisamente el exceso de peso corporal.

El otro padecimiento de alta letalidad asociado a esta problemática es la hipertensión arterial, la cual, junto con la diabetes, explican alrededor de 30 por ciento de la carga total de mortalidad en el país, pues según los datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en nuestro país uno de cada cuatro fallecimientos está asociado o tiene como causa directa a estas dos

enfermedades.

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