Dos visiones sobre Nicolás Maquiavelo, a más de cinco centurias de su nacimiento

Gabriela Rodríguez y Manuel Santana   06/05/2013

Gabriela Rodríguez y Manuel Santana

Hoy se conmemora un año de su natalicio (1469) en San Casciano in Val di Pesa, Italia, aunque se le identifica más como florentino, ciudad cuya arquitectura refleja lo excelso del poder renacentista y donde también nació Leonardo Da Vinci, con quien Maquiavelo sostuvo largas conversaciones tras su primer encuentro.

Una de las tareas de Maquiavelo fue asegurar mediante un contrato, que Da Vinci terminara su obra “La Batalla de Anghiari”, y estudios revelan que Maquiavelo fue quien repatrió a Da Vinci,  a Florencia.

Gran observador que llevó su vida al lado del Poder y la Belleza del Renacimiento, son quizá los ángulos menos expuestos de Niccolò di Bernardo dei Machiavel, padre de la Ciencia Política y filósofo reconocido por su claridad al exponer las aristas del poder público.

Además de ser funcionario y diplomático, Maquiavelo escribió poemas y obras teatrales como La Mandragola.

Lo que suele destacarse más son sus obras respecto al Poder. Su obra “El Príncipe” es fundamental para la teoría Política por constituirse en una guía para la obtención, ejercicio y conservación del poder. Fue escrito como guía práctica de política para Giuliano Medici con la intención de obtener su confianza, tras ser encarcelado al considerarlo un conspirador. De ahí que alrededor de medio siglo después de su muerte (1527) se empleara el término “maquiavélico” con acepción de acciones inescrupulosas, además de las interpretaciones que de sus obras.

Sin embargo, la admiración de Maquiavelo por los Medici, principalmente por Lorenzo fue auténtica y ello destaca en su obra literaria. Otros personajes que tuvieron gran influencia en su concepción del poder, fueron Caterina Sforza, Luis XII, rey de Francia, el Papa Julio y Maximiliano I, cuyas acciones le llevaron a conclusiones respecto a las conductas de quienes gobiernan en el Estado, la importancia de la fortuna, de la relación del gobernante con el pueblo gobernado y con los gobernantes de reinos o Estados vecinos.

También desarrolló literatura respecto a la importancia de los Ejércitos y las costumbres de los Pueblos. Incluso en su obra “Discursos sobre la Primera Década de Tito Livio”, se nota a un Maquiavelo que trasciende el la explicación del ejercicio del poder y se acerca a la reflexión de la virtud y los vicios de un pueblo y de un gobernante, indicando cómo debe ejercerse el poder para acercarse a la virtud:

“Debe, sin embargo, el legislador ser prudente y virtuoso para no dejar como herencia a otro la autoridad de que le apoderó, porque siendo los hombres más inclinados al mal que al bien, podría el sucesor emplear por ambición los medios a que él apeló por virtud.”

Sin Maquiavelo la concepción de la política sería inexacta, pues desnudó su ejercicio de otras reflexiones filosóficas e ideológicas, permitiendo su estudio y luego entonces la concepción de la Ciencia Política.

 

 

Su libro más conocido -si bien, no el mejor- ha sido considerado como una guía para tiranos y dictadores. Napoleón incluso llegó a realizar comentarios sobre cómo él aplicó las enseñanzas de vertidas en sus escritos; de la misma forma era bien conocido que Benito Mussolini fue un asiduo lector de su obra; los marxistas lo llegaron a considerar un camarada Revolucionario, y para muchos otros, abrió el camino a la tolerancia ética y religiosa. La frialdad de su obra provocó que su nombre Nicolás Maquiavelo  se considere sinónimo del mal.

Maquiavelo es uno de los pensadores políticos más importantes. Analizó sistemáticamente los caminos para acceder al poder  y  conservarlo. Su obra catalogada como pragmática, fría y sin valores morales llevó a considerar al autor como una persona sin escrúpulos. Al grado que se le atribuyó la frase “el fin justifica los medios”, frase que el realmente nunca escribió y que es tan solo una interpretación parcial de El Príncipe.

Sus tratados sobre política hacen de él uno de los autores más importantes de la política moderna, pero a  Maquiavelo lo único que realmente le interesaba, era “describir cómo se gobierna” y  no “cómo se debería gobernar”. En su obra describe la realidad de su época, sin idealizarla, sólo tratando de desmenuzarla, y señalar riesgos y oportunidades en ella.

Este pensador florentino fue capaz de identificar todos y cada uno de los factores que interfieren en la toma de decisiones de la política de su tiempo, logra con ello un análisis sobre política, sobrio y preciso.

La idea de Maquiavelo, nunca fue hacer de la política una profesión en la que sus partidarios tuvieran que hacer todo lo necesario para lograr sus objetivos, el nunca intento escribir un manual de comportamiento de las personas que ostentan el poder. Él únicamente intento analizar los hechos de su época y de tiempos previos. Pues él mismo señala en otra parte de su obra, la cual no ha sido tan difundida, el haber sido partidario de la República como forma de gobierno.

En Los discursos sobre la primera década de Tito Livio, el toma los texto del historiador y poco a poco argumenta porque la República se encuentra por encima de otros regímenes de gobierno, además, se muestra sorprendido con la forma en que los Romanos construyeron su República.

Nicolás Maquiavelo, no fue malvado sólo encontró con naturalidad una forma de entender al poder y a la política.  

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