El declive de la democracia

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06/11/2017

El declive de la democracia

El declive de la democracia

Mario Luis Fuentes | Colaborador

Licenciado en Economía por el ITAM, y Maestro en Desarrollo Regional por el Instituto de Estudios Sociales de la Universidad de la Haya Holanda. Realizó...

México Social

La advertencia del informe Latinobarómetro 2017 es contundente en lo que respecta a los indicadores relativos al apoyo que la ciudadanía le da a la democracia en nuestra región: “Lo que hoy es el promedio, antes era el mínimo. Lo normal ahora es el mínimo de antes”.

Los avances, sostiene el informe, se tienen sólo en el ámbito de lo económico, pero no en el de la política y lo social, y advierte: hay una clara disociación entre el mundo de la economía y el mundo de la política.

Los resultados que nos da este informe, de algún modo eran previsibles. La desigualdad en América Latina no ha desaparecido, las violaciones a los derechos humanos son constantes, la corrupción es una característica endógena de nuestros sistemas de partidos políticos; y la pobreza y el hambre son realidades que distan mucho de situarse siquiera en ruta de desaparecer.

En el 2014, el Informe País sobre la calidad de la ciudadanía en México, editado por el Instituto Nacional Electoral, había alertado del muy bajo nivel de respaldo ciudadano a la democracia y, desde entonces, poco se ha hecho para diseñar una estrategia nacional de construcción de ciudadanía, sustentado en un modelo de gobierno e institucional auténticamente democrático.

Aun con las recientes reformas no se logró romper con la tendencia de crecimiento mediocre que arrastramos desde hace treinta años: aproximadamente 2% de crecimiento anual, cuando otra estrategia de desarrollo podría llevarnos a una tasa de 5% anual.

La democracia no puede florecer donde las disparidades, la pobreza y la violencia son la constante; donde reina el desorden urbano; donde ser indígena implica una condena histórica de rezago y hambre, y en donde cada una de las fosas repletas de cuerpos torturados y mutilados constituye un agujero en la legitimidad y pertinencia del Estado y su autoridad.

Transformar a la sociedad requiere del respaldo democrático de la ciudadanía, pero en ello es en donde se encuentra el nudo Giordano, porque en México hay un muy bajo nivel de respaldo de la población a la democracia; y hay una muy baja confianza en ella como la forma de gobierno idónea para vivir en paz y con bienestar.

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