El pensamiento conservador no tiene ideología política

09/10/2017

El pensamiento conservador no tiene ideología política

El pensamiento conservador no tiene ideología política

Mario Luis Fuentes | Colaborador

Licenciado en Economía por el ITAM, y Maestro en Desarrollo Regional por el Instituto de Estudios Sociales de la Universidad de la Haya Holanda. Realizó...

MÉXICO SOCIAL

El populismo, no debe olvidarse, se practica en todos los espectros de la política. Tanto en las “derechas” como en las “izquierdas” la fórmula es la misma: reducir el lenguaje a propuestas simplonas, dirigidas a lo que una mayoría poco comprometida con los derechos humanos quiere oír y, por otra parte, pactar con intereses fácticos la distribución del poder y de espacios de decisión estratégicos.

El populismo, concepto ambiguo, se asume aquí en el sentido del uso de la demagogia como principal instrumento del discurso político, en contraposición de lo que se entiende en otras latitudes, es decir, se asume que una postura “populista (populism, en inglés) es sinónimo de compromiso con la igualdad y la justicia social.

La llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos de América tiene que ver con eso, pero lo peligroso es siempre, en este y otros casos, que una vez al mando están dispuestos a llevar hasta sus últimas consecuencias sus disparates y balandronadas.

Así ha ocurrido en el corto mandato de Trump: ha puesto al mundo ante la posibilidad de una hecatombe nuclear, ha puesto al borde de la fractura a miles de familias porque alguno o varios de sus integrantes pueden ser deportados a sus países de origen. Ha protegido a la Asociación Nacional del Rifle, mientras las balas retumban matando a miles, con el caso más dramático en la reciente masacre en Las Vegas.

Trump, esta semana emitió un decreto mediante el cual se autoriza a entidades privadas o aseguradoras limitar el acceso a métodos de prevención del embarazo, por motivos religiosos o morales. En la misma ruta, en varios estados de la República mexicana, se ha llevado a cabo una involución en materia de derechos humanos, particularmente, en el ámbito de los derechos sexuales y reproductivos. En efecto, se han promulgado reformas constitucionales para prohibir la interrupción voluntaria del embarazo, se ha pretendido limitar el derecho de las personas del mismo sexo a contraer matrimonio y se ha buscado, por todos los medios, limitar el acceso a métodos de anticoncepción, aún frente al enorme problema que enfrentamos en materia de embarazo adolescente.

Lo que debe advertirse es que el pensamiento conservador no tiene ideología política, que ha tenido la habilidad y el pragmatismo político para tener acérrimos representantes en todos los partidos políticos, desde los cuales actúan con plena intolerancia, haciendo gala de sus más profundas convicciones racistas, clasistas y en general, discriminatorias.

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