Enojo social y el urgente rescate de la democracia en México

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16/01/2017

Enojo social y el urgente rescate de la democracia en México (Foto: ABC)

Enojo social y el urgente rescate de la democracia en México (Foto: ABC)

Mario Luis Fuentes | Colaborador

Licenciado en Economía por el ITAM, y Maestro en Desarrollo Regional por el Instituto de Estudios Sociales de la Universidad de la Haya Holanda. Realizó...

El enojo social, la descomposición institucional, el estancamiento económico, la pobreza, la desigualdad y la violencia, son todos problemas que no podrán resolverse sin fortalecer nuestra democracia, la cual no sólo se encuentra amenazada, sino que está francamente en crisis. 

Ésta es una hipótesis de trabajo que debemos asumir con seriedad, porque hay un conjunto de factores que permiten asumir que nuestra democracia ha entrado en una espiral descendente debido a una acelerada y profunda erosión de los tres pilares fundamentales sobre los que se cimienta: 1) La confianza ciudadana. 2) La vigencia plena del Estado de derecho. 3) La legitimidad de las instituciones y sus dirigentes.

Con respecto al primero de los elementos señalados, hay un extendido y generalizado malestar social relacionado con la prácticamente nula representatividad ciudadana de los partidos políticos y de los funcionarios de las instituciones del Estado. Los estudios al respecto no dejan lugar a dudas: muy pocas personas se sienten representadas por gobernantes y representantes populares, y ya no se diga por los integrantes del Poder Judicial o, incluso, de los órganos autónomos.

A lo anterior debe agregarse el nivel que ha alcanzado la impunidad, hecho que se expresa paradigmáticamente en la “concesión” que se ha hecho de las prisiones a los grupos delincuenciales en todo el país, así como de la sanción penal de sólo alrededor de 5% de los delitos que se cometen en el país.

La consecuencia es precisamente la pérdida de legitimidad de todas las autoridades. Pues si bien llegan al poder por vías legales, hoy enfrentan la paradoja de que, en democracia, lo legal ha dejado de ser necesariamente legítimo: permitir la permanencia en el poder de personas y grupos que tienen, claramente, conflictos de interés, gozar de amplias prerrogativas y privilegios, pero, sobre todo, gobernar y legislar no sólo de forma incompetente sino, ante todo, de espaldas al interés nacional, representa una severa crisis de legitimidad.

Hay, entonces, una cuestión de fondo: ¿cómo es que llegamos a este nivel de descomposición? Es decir, ¿cuáles son las causas profundas que nos llevaron a una crisis democrática de la magnitud que hoy enfrentamos?

Te invitamos a conocer la opinión completa de Mario Luis Fuentes, escucha el audio completo aquí. 

 

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