Hartazgo y violencia; cuando la población desconfía de hasta los suyos

Análisis Político con Mario Luis Fuentes

Hay que decir —quizá de manera irónica, por lo evidente que resulta—: hay una diferencia abismal entre actuar con la ley en la mano, que poner la ley en la propia mano. Lo segundo resulta contrario a las nociones más elementales de lo que Weber llamaría el Estado racional de derecho.

Hemos visto reiteradas escenas en nuestro país en las que turbas enardecidas linchan a presuntos delincuentes. La irrupción de las redes sociales en la vida pública nos ha llevado a conocer, prácticamente en tiempo real, cada vez más casos en los que la población decide hacerse justicia, ante quienes asume o señala como delincuentes, ya sea de delitos menores, hasta cuestiones sumamente graves.

No podemos seguir asumiendo que la mayoría no tiene otra opción que aceptar que su vida no será mejor que la de sus padres o sus abuelos; no podemos seguir aceptando, ni que la ostentación y el dispendio en todos los órdenes y niveles de gobierno sean la pauta cotidiana, mientras que millones viven el hambre y la enfermedad como destino inevitable.