Lejos de la inclusión, hogares en México un mar de violencia

21/08/2017

Mario Luis Fuentes | Colaborador

Licenciado en Economía por el ITAM, y Maestro en Desarrollo Regional por el Instituto de Estudios Sociales de la Universidad de la Haya Holanda. Realizó...

México Social

Mario Luis Fuentes, columnista de Excélsior, dijo que hace unos días INEGI presentó Encuesta Nacional Sobre Dinámica y relaciones en los Hogares que resaltó que los hogares del país están viviendo un mar de violencias.

En México, nos dice el Inegi a través de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIIREH, 2016), hay 33 millones de viviendas en las que habitan los hogares del país, con la característica de que, en 32 millones de ellas habita un hogar por vivienda; y en 991 mil habitan dos hogares o más. 

Ese solo dato nos habla de la compleja dinámica de relaciones al interior de los hogares, pues lo común es que, en las viviendas en las que habitan más hogares, son aquellas en que se presenta, en primer lugar, un mayor hacinamiento y, con éste, una serie de dinámicas de mayor violencia, insuficiencia de servicios y reducción de la calidad de vida.

El segmento más numeroso el de los diez a los 19, en el cual hay 11.3 millones de niñas y adolescentes; estando en segundo lugar el de las niñas menores de diez años, quienes suman 10.26 millones; y no tiene servicios básicos como la educación y salud.

Cada una de ellas es relevante; pero en términos de diseño de gobierno y política pública, es en esos dos grupos de edad en los que se cifra el futuro del país, pues lo que hagamos o no para garantizar sus derechos será crucial para lograr modificaciones sustantivas en las condiciones generales de vida en el país.

El gran tema de la sociedad debe ser la inclusión a todos los derechos, añadió que a finales de este mes habrá datos sobre ingresos y el argumento de que hay menos pobres; este argumento es parcial porque en el fondo vemos que no están avanzando los derechos. 

No hay que ir muy lejos en el análisis para llegar a la conclusión evidente: estamos todavía muy lejos de ser una sociedad igualitaria e incluyente; y debe entenderse que ésta sólo se logrará cuando cumplamos, por igual, los derechos de mujeres y hombres.

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