Los Diablos, bomberos mexicanos que pelean contra los incendios en EEUU y el racismo

19/11/2018

Huffington Post México

Dos meses después de que Donald Trump tomó protesta como el 45 presidente de Estados Unidos, un bastión republicano ardía y, con él, sus bosques y sus habitantes.

Era marzo de 2017 y el oeste de Texas sufría un intenso incendio en sus áreas verdes. En horas, 550 kilómetros cuadrados ardieron y cuatro personas murieron envueltas en llamas, intentando salvarse o a sus animales de granjas. En otras regiones texanas, cientos perdieron sus casas y miles huyeron de ese estado que mayoritariamente aplaudió el muro fronterizo con México, sin saber que su salvación sería un escuadrón de bomberos mexicanos que se jugarían la vida por poner a salvo sus propiedades.

Esos mexicanos dedicados a apagar fuego en suelo extranjero se hacen llamar Los Diablos. El mote salió porque dicen que nacieron en el infierno. La mayoría creció en pueblos del lado sur del Río Bravo que parece que nacieron bajo un cráter en Coahuila y Chihuahua, como la comunidad de Boquillas del Carmen, donde el termómetro alcanza 48 grados, sin problemas, en primavera y verano.

Esa relación cercana con el calor los hizo perfectos para el trabajo de bomberos. Están acostumbrados a recorrer largas distancias caminando sin que se les ampollen los pies; a caminar por horas sin necesitar grandes cantidades de agua; a no sofocarse cuando el calor parece que asfixia con un sopor interminable.

Así que desde 1997 el gobierno de Estados Unidos hizo un trato con ese grupo de mexicanos, aprovechando que en aquellos años la frontera no era tan difícil de cruzar: ustedes se comprometen a apagar el fuego de las zonas montañosas de Texas colindantes con México, donde nosotros no tenemos guardabosques, y ustedes reciben un pago de parte del gobierno que ronda los 20 dólares la hora.

Desde entonces, se creó a guardia Los Diablos, conocidos por su habilidad y entrega al trabajo. Casi nadie tiene visa ni permiso para disfrutar de los beneficios del "primer mundo" como centros comerciales, parques u hospitales. Solo son bienvenidos al estado conservador cuando el fuego los amenaza. Solo así tienen las puertas abiertas. Luego de que se han jugado la vida apagando llamaradas, la frontera los vuelve a expulsar y ya no son bienvenidos.

Ahora, el equipo de bomberos Los Diablos está integrado por unos 32 mexicanos. La página oficial de este colectivo de bomberos voluntarios dice que el programa nacional Big Bend National Parks se ha beneficiado por más de dos décadas de los habitantes de pequeños pueblos que están del otro lado del Río Bravo.

En 2002, por ejemplo, Los Diablos trabajaron incansablemente para apagar ocho incendios forestales que duraron 103 días del año. Y así lo han hecho cuando se les ha solicitado: incendios en el Parque Nacional de Yosemite, en la tormenta Sandy, en el huracán Katrina. Cuando se les necesita, ahí están los bomberos mexicanos.

Acostumbrados a pelear, estos voluntarios han aprendido a pelear contra dos enemigos simultáneos: contra el fuego y contra la retórica antiinmigrante de un estado como Texas, que parece despreciar a los mexicanos... a menos que salven sus casas y sus vidas.

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