¿Qué pasará con el mercado inmobilario en la CDMX tras el sismo?

REDACCIÓN   29/09/2017

Foto: Twitter

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Es demasiado pronto para precisar el desarrollo de la plusvalía en las colonias más afectadas y con qué rapidez ocurrirá, no obstante podemos tomar como referencia lo sucedido tras el sismo de 1985 para reflexionar sobre el futuro que nos espera.

Las delegaciones más afectadas por el sismo de 7.1 grados que impactó recientemente a la Ciudad de México son Benito Juárez, Cuauhtémoc, Iztapalapa y Miguel Hidalgo, debido a la suma de edificios colapsados y con daños. Hasta el momento se han registrado 38 inmuebles derrumbados y 7,649 edificios dañados, 321 de ellos con grave riesgo, de acuerdo al informe del jefe de Gobierno, mientras en el sismo ocurrido hace 32 años, 880 edificaciones quedaron destruidas y 2,831 más resultaron con daños parciales.

Uno de los factores más importantes que contribuye al incremento del valor de un inmueble o terreno es la seguridad, ya que genera mayor demanda ofreciendo a los habitantes paz y tranquilidad:

Es probable que las personas que habitan en las delegaciones más afectadas abandonen sus hogares por miedo de estar en una zona vulnerable y busquen un nuevo hogar, lo cual aumentará la oferta de inmuebles en esas zonas y la demanda en otras delegaciones o hasta en otras ciudades aledañas. También recordemos que hay personas y familias enteras que simplemente se quedaron sin nada y necesitan establecerse nuevamente”, comenta Héctor Mondragón, Country Manager de Properati.

Se puede determinar cuáles son las zonas más seguras ante un sismo por las características particulares del tipo de suelo en la Ciudad de México, sin embargo no significa que estén exentas de riesgo.

La zona de lago es suelo blando que favorece la duración de los sismos y la de mayor riesgo, en ella se encuentran la delegación Cuauhtémoc, Venustiano Carranza, Iztacalco, gran parte de Gustavo A. Madero y Tláhuac, y en menor proporción Benito Juárez, Coyoacán y Xochimilco; la mayoría de los edificios colapsados corresponden a estas delegaciones. La zona de transición es suelo intermedio, es decir, entre duro y blando. Esta zona rodea la zona de lago y abarca gran parte de Azcapotzalco y Benito Juárez, en menor proporción Iztapalapa y Miguel Hidalgo.

La zona de loma es suelo duro y los sismos son de corta duración, la delegación Álvaro Obregón y Tlalpan se conforman casi completamente de este tipo de suelo, mientras que en Coyoacán, Xochimilco, Iztapalapa y Gustavo A. Madero se presenta en menor magnitud.

 

 

Meses después del terremoto de 1985, la Roma, Condesa y algunas otras zonas de la delegación Cuauhtémoc, ubicada en una de las zonas de mayor riesgo sísmico, perdieron entre el 50 y 80% de su valor. “Posiblemente se presente la misma situación después de lo sucedido este pasado 19 de septiembre, pero a menor escala pues las afectaciones del sismo en aquel entonces no fueron las mismas que ahora”, menciona Héctor Mondragón.

Se estima que más de 258 inmuebles se derrumbaron y 181 sufrieron daños en dicha delegación tras el sismo de 8.1 grados de magnitud que golpeó a la ciudad hace más de tres décadas. La colonia Roma fue una de las más afectadas y, de nuevo vuelve a serlo con 8 edificaciones colapsadas, en aquel entonces muchas casas con valor histórico fueron desocupadas, pero durante los años siguientes ésta se fue recuperando y se convirtió en una de las colonias con mayor prosperidad económica para el mercado inmobiliario debido a su transformación.

Se ha registrado que en aquella época durante los primero años después del terremoto, los inmuebles se cotizaban en menos de un millón de pesos. Un Reporte del Mercado Inmobiliario en la Ciudad de México, registró a $23,144 pesos el precio del metro cuadrado en la delegación Cuauhtémoc, por lo que se prevén algunos cambios en varias delegaciones de la ciudad sobre el valor de los inmuebles y terrenos en los meses siguientes.

La colonia Roma y Condesa llegaron a tener una gran demanda de inmuebles tanto en renta y venta los últimos años debido a la plusvalía generada y en consecuencia los altos retornos de inversión. Momentáneamente se estima que disminuya su atractivo como una de las mejores zonas para vivir, aunque su ubicación, accesibilidad, competitividad y futuros planes de desarrollo permitirán que en años próximos las propiedades en colonias como estas y otras afectadas recuperen paulatinamente su valor, lo cierto es que no sabemos con certeza a qué velocidad.

Quizás el pánico colectivo desencadene la movilización de las familias a zonas que representan menor riesgo y se revaloricen esas áreas atrayendo la inversión de desarrolladores inmobiliarios para cumplir con la nueva demanda de vivienda. En cuanto a las zonas afectadas, un reto importante será su reconstrucción y la mitigación de nuevos riesgos a través de una exhaustiva supervisión e inspección de todos los procesos de construcción, del cumplimiento de los reglamentos y la correcta autorización de los permisos necesarios para garantizar la seguridad de las personas ante otro suceso similar. Eventualmente esto reactivará las zonas afectadas disminuyendo esas vulnerabilidades, trayendo consigo el bienestar de la población y la plusvalía”, finaliza.

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