Trabajo infantil, o ¿el antidesarrollo?

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12/06/2017

Trabajo infantil, o ¿el antidesarrollo?

Trabajo infantil, o ¿el antidesarrollo?

Mario Luis Fuentes | Colaborador

Licenciado en Economía por el ITAM, y Maestro en Desarrollo Regional por el Instituto de Estudios Sociales de la Universidad de la Haya Holanda. Realizó...

México Social

Arturo Saldívar, ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación escribió, respecto de la tragedia de la Guardería ABC, en su artículo del 30 de mayo en el periódico Milenio: “No se trataba de determinar responsabilidades administrativas, civiles o penales… Se trataba de redimensionar la noción del servicio público como responsabilidad y no como privilegio… Pero, lamentablemente, la oportunidad se dejó pasar… no hubo ninguna renuncia, ninguna condena moral”.  

El argumento de Arturo Saldívar se sustenta en un diagnóstico demoledor: existía un desorden generalizado en el sistema institucional responsable de las guarderías en el país; lo más preocupante al respecto es que este análisis puede extenderse fácilmente, por analogía, al incumplimiento, también generalizado, de todo el conjunto de los derechos de la niñez.

Desde esta perspectiva, uno de los fenómenos que en mayor medida sintetiza la precaria situación en que viven las niñas y niños en México es el trabajo infantil. Para dimensionar su magnitud, cito cinco datos del boletín que emitió el Inegi, el pasado 9 de junio, sobre el Día Internacional contra el Trabajo Infantil, que se conmemora justamente hoy, 12 de junio:

a) Ocho de cada 100 niñas y niños entre 5 y 17 años, trabajan.

b) De la totalidad de niñas y niños ocupados, nueve de cada diez realizan actividades no permitidas por la ley para su edad.

c) Cuatro de cada diez de las niñas y niños que trabajan no asisten a la escuela;

d) Del total de niñas y niños que trabajan, cuatro de cada diez ni recibe ingresos por las tareas que desarrolla, y casi el 30% gana un salario mínimo o menos al día.

e) Tres de cada diez niñas que realizan quehaceres domésticos, en condiciones no adecuadas para su edad, exceden las 28 horas laborales a la semana.

Lo anterior revela, sin duda alguna, la lógica antidesarrollista que ha sumido al país en una trayectoria de crecimiento mediocre y de desigualdad profunda; pues ni se crece lo suficiente para redistribuir con equidad ni tampoco los escasos recursos fiscales de que dispone el Estado están siendo distribuidos para generar una lógica virtuosa de crecimiento con equidad.

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Te invitamos a escuchar el audio completo aquí. 

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