‘Zurdo’ Ortiz, héroe inesperado

Héctor Linares   05/04/2019

Foto: Archivo Excélsior

Foto: Archivo Excélsior

Héctor Linares

Alfredo Zurdo Ortiz no olvida en especial un 10 de mayo, fecha en la que su hazaña para definir una batalla en favor de Diablos Rojos sobre Tigres le costó sangre, sudor y lágrimas.

La leyenda del equipo escarlata se convirtió en aquel partido en el héroe inesperado porque tenía la orden médica de no jugar.

Fue un domingo 10 de mayo. Veníamos de jugar en Poza Rica, por el calor de allá y los largos viajes que se hacían en autobús, regresé con un problema de hemorroides. El viernes que llegamos a la Ciudad de México fui con el médico del equipo, quien me realizó una cirugía y me mandó reposo. Me pidió que no me uniformara”, relató Ortiz.

El Zurdo acudió de civil a los primeros dos partidos de ese fin de semana de 1964, pero para el último día ya no aguantó más.

Ese domingo había doble juego y el Parque del Seguro estaba a reventar, en la sexta entrada del primer juego íbamos empatados y entonces me uniformé; bajé a calentar el brazo y me metieron a relevar con la casa llena. El juego llegó hasta la treceava entrada. Nosotros éramos visitantes, Beto Palafox pegó un batazo con poca fuerza que fue hit. Me tocó batear, el pitcher de Tigres era Enrique Castillo y le pegué un triple entre el jardín derecho y central para mandar adelante a los Diablos Rojos”.

En el cierre, el Zurdo Ortiz volvió a la loma y retiró los tres outs para finalizar el encuentro con una victoria de 9-8. Los aficionados convertidos en una marabunta roja ingresaron al campo para cargar en hombros a su héroe.

Fue un momento que nunca voy a olvidar, yo les gritaba que me bajaran porque sentía caliente y como la sangre me corría por el problema que traía de hemorroides... se me abrió todo. Me volvieron a coser ahí mismo en el estadio y entonces ahora sí estuve como una semana sin hacer nada”, dijo mientras soltó una carcajada al recordar esa batalla el ahora lanzador de 75 años.

El primer contrato de Ortiz con Diablos Rojos fue por 750 pesos. 

En sus inicios era jardinero, por eso era buen bateador. 

Fue el primer zurdo mexicano en ganar 20 juegos en una temporada. Ingresó al Salón de la Fama en 1993. 

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